Fernando Patiño
"Sin duda, Gregorio nos hizo mejores a todos los que le conocimos: mejores docentes, mejores amigos, mejores hijos y hermanos, y mejores personas. Cuando tengo algún problema, muchas veces pienso en qué haría Gregorio. Ha sido referente de muchos."
Gonzalo Alonso
"Lo siento mucho. Gregorio era trabajador, solidario y sobre todo una excelente persona. Ha sido un honor conocerle. Descansa en paz, compañero."
Carlos Agulló
"¡Qué pena más grande!🖤
Me acuerdo de él porque me recibió con mucho cariño cuando llegué al centro, estando ya jubilado…era de esas personas que dejan huella."
Mihaela Husaru
"Gregorio era un hombre bueno.
Siempre estaba ahí, el primero, desinteresado, para lo que hiciera falta.
No recuerdo si lo he vivido yo o alguien me contó lo siguiente: hablando con un alumno de los "malotes", le decíamos que con Gregorio se portaban mucho mejor que con el resto de profes, que debían portarse igual con el resto y el alumno nos respondió: es que Gregorio se preocupa por nosotros, nos aprecia y nos quiere.
Ese era Gregorio. Descansa en paz, amigo."
Juan Domingo Blasco
"Cuando yo llegué al centro él ya estaba jubilado, pero siempre era encantador. Me encantaba verle los miércoles con su mono azul de trabajo y su carro preparado para pintar, trasmitía buen humor."
Beatriz Pascual
"Así lo conocí yo también! Me siento un privilegiado por haber compartido con Gregorio la pintura del departamento, la plantada de árboles y el huerto escolar, las clases de repaso de mates... Me siento un privilegiado por haberos conocido a todos, a la comunidad del Jarnés... ❤️❤️❤️"
Joan Torró
"Recuerdo a Gregorio con cariño, era un buen hombre, siempre tan agradable y colaborador, uno de los últimos trabajos que hizo en el instituto, fue pintar el departamento de tecnología junto con sus compañeros pintores, quedó resplandeciente.
También recuerdo las charlas en la cafetería los días de las evaluaciones que coincidíamos cuando nos contaba sus largas caminatas y el cariño con el que hablaba de sus nietos.
Descansa en paz."
Pilar Llorente
"Siento un inmenso dolor por la inesperada despedida de una gran persona, se ha ido de la misma manera que vivió sin molestar a nadie y dándolo todo de la forma más sencilla y humilde, sin darse importancia por nada pero entregándose en cuerpo y alma a su trabajo y a los que no le correspondía pero los hacía suyos, jardinería, pintar, limpiar... Y todo porque le salía del alma, fue un gran compañero, un amigo, un maravilloso abuelo y un excelente MAESTRO. Un ser irrepetible, insustituible, por todo esto y más te queremos y siempre estarás en nuestros corazones.💜"
María Victoria Castán
"Suscribo todo lo que he leído sobre Gregorio.
Tres adjetivos me vienen a la cabeza: ALEGRE, VITAL Y BUENO.
No podré estar en su despedida, pero quiero mandaros un sentido abrazo a todos los que le queríamos y respetábamos.
Nos deja tristes y un poquito huérfanos."
Silvia Oteo
"Comparto todos los pensamientos y sentimientos sobre Gregorio. Es de esas personas que contagian alegría y vitalidad en todo lo que hacen, se quedan en muchos corazones y se sienten incluso cuando no están. Seguiremos recordándole en muchos momentos, enseñando, pintando, bromeando, caminando, animando,, reuniéndose con amigos y familia... En pocas palabras, disfrutando de esos pequeños momentos que componen la vida."
Estefanía Escuder
"Gregorio, qué gran persona eras. No compartimos momentos en el Jarnés pero tú omnipresencia provocó que nos conociéramos.
Tu disposición y tu acogedora personalidad hizo que conviviéramos unos días en el Pirineo juntos con "las glorias del Jarnés".
Las afables conversaciones contigo combinadas con chistes y bromas eran un continuo aprendizaje.
Gregorio, has sido una persona que dejas huella en la vida de los demás; en la mía lo has hecho.
Te guardo en mi cerebro, en la carpeta de los bonitos recuerdos.
Te echaré en falta."
Lara Garijo
"Si existe el sentimiento o el espíritu del Jarnés, no hay nadie que lo represente mejor que Gregorio. Decir que era un docente comprometido es quedarse corto. Con él aprendí que esta vocación iba mucho más allá de los años trabajados. Cada visita suya al centro, en la que trabajaba más que cualquiera de los presentes aún estando jubilado (esto parece incompatible, pero no sucede en su caso), siempre venía acompañada de una sonrisa por delante. Entrar a la cafetería y encontrarte con Gregorio era asegurarse el mejor y más ameno de los cafés. Y ya no digo nada cuando había que irse de fiesta. Con o sin su club áureo. Gregorio siempre iba un paso por delante. Siempre tenía palabras para celebrar, porque estoy seguro de que para él cada día era una fiesta. Una celebración que le hacía sentirse más vivo que nadie. Y así se ha ido, vivo entre nosotros. Como ejemplo de padre, compañero y amigo. El Jarnés siempre tendrá un trocito de Gregorio que resistirá, contra viento y marea, y si es con el mono de trabajo mejor, como muestra de su gran entrega. Gracias, Gregorio. La próxima ronda va por ti."
Javier Capapé
"Eres increíble, un hombre BUENO que ha plantado AMOR Y SONRISAS allí por donde has pisado (y has andado mucho) y digo eres porque siempre estarás en el corazón de todos los que te conocimos… GRACIAS por enseñarnos tanto Gregorio."
María Plou
"Cuando llegué a Fuentes, estaba empezando a sentirme profesor, y me dijeron que me fijara atentamente en ese veterano compañero de matemáticas simpático, ingenioso, cercano, divertido, generoso, dispuesto, cariñoso, amable... Con las ideas muy claras y el corazón abierto de par en par. Si quería ser buen docente, tenía que ser como él. "Pero yo no puedo ser como él' - contesté yo - '¡Como Gregorio solo hay uno!"
Desde entonces intento ser el mejor yo que pueda ser, teniendo modelos a los que aspirar. Gregorio es y será uno de mis grandes referentes, como profesor, como persona y como alma.
Te echaré de menos Gregorio.
Descansa en paz."
Guillermo Chicón
"Te has ido muy pronto Gregorio, aún así doy gracias a la vida por haberte conocido MAESTRO extraordinario, persona de luz, siempre vivirás en nuestros corazones."
Lola Guerrero
"Gracias, Gregorio. Por enseñarnos a tantos a mirar la vida y sobre todo a vivirla con alegría, bondad, coherencia y buen humor. Siempre te echaremos de menos. Adiós, amigo."
Mariqui Castaño
"Podríamos escribir líneas y líneas de agradecimiento a Gregorio y no acabaríamos nunca. Gregorio ha disfrutado de la vida hasta el último día y lo ha compartido con nosotros. El inmenso vacío que ahora sentimos es proporcional a lo afortunados que somos de haber formado parte de su vida. Gracias, Gregorio. Te recordaremos siempre."
Miriam Sanz
"¡A Gregorio era difícil no seguirlo!
Y no me refiero solo a seguirlo recorriendo caminos. Las andadas con amigos le encantaban, aunque pienso que en el fondo eran también un medio para cultivar la amistad.. Amistad fomentada con una sonrisa siempre, ¿Qué tal templao? ¿Y la familia? Y de ahí a charradas intensas. Allí estaba siempre cercano, en todo lo que hacía posible el encuentro. Unas veces eran las "asadas" en los comienzos de curso, para hacer piña, alimentando a la peña, otras las tardes de cervezas y demás celebraciones...
Tuve la suerte de conocer a Gregorio a mí llegada al IES Benjamín Jarnes. Y allí, junto a compañeros y compañeras ejemplares, compartimos amistad y nuestros últimos años de docencia, que con Gregorio esta, no terminaba nunca en el espacio de las aulas.
En esto también era fácil seguirlo, pues él siempre era el primero en estar dispuesto. Siempre dedicaba muchas más horas que las que recogía su horario oficial. Estando aún en activo lo podías ver en los recreos o en esas horas que no eran lectivas, o en alguna tarde, podando las roseras, plantando arbustos o árboles, instalando riegos por goteo, y todo lo que conllevaba, cuidándolos luego, quitando hierbas, o colocando cubos de plástico, pintados de colores, para fomentar el reciclaje de embases, papeles u otros residuos, en los patios. Cubos que luego recicló para fabricar compost.
Siempre encontraba o se sumaba a proyectos educativos donde el aprender haciendo y el enseñar dando ejemplo, iban siempre de la mano. Así podías verlo ilusionado con el Concurso Matemático, o construyendo un invernadero y un pequeño huerto escolar, o haciendo el Camino de Santiago en bicicleta, con alumnos y alumnas de ESO o, año tras año, participando en reforestar los montes de los alrededores del instituto.
Y sin ningún protagonismo, implicando a todo aquel que quisiera estar. Compañeros, madres, alumnos..
En muchas ocasiones, trabajando con ese alumnado más difícil o que aprende a otros ritmos. (¡Cómo lo querían!). Y siempre sin esperar ninguna compensación,
Y como su corazón era tan grande y tan lleno de generosidad, que una vez jubilado, siguió entregado durante al menos diez años más, colaborando con el instituto en algunos de los proyectos habituales y en otros que fueron surgiendo. La jardinería, el huerto o pequeños mantenimientos, como medio para la formación de ese alumnado especial , difícil, que a la vez era aliviar al profesorado que día a día, se ocupaba de él.
Así, vestido con su mono de trabajo, acompañado de su pequeña brigadilla, armados, unas veces de rastrillos, tijeras de podar, azadas o de su carro paint móvil, lo podías ver pintando aulas enteras, las columnas del hall o los muros exteriores o manteniendo el huerto escolar o los jardines del instituto.
Su entrega, su generosidad, trascendía el ámbito educativo, con el mismo espíritu, echaba una mano a quien lo necesitaba.
La edad, la mayor de dedicación a su familia, a sus nietas queridas, lo habían ido retirando de algunas faenas, pero, aún así, seguía siendo ese motor, poco ruidoso, de encuentros, de andadas, de quedadas, de amistad.
¡Gregorio! Qué corto me quedo hablando de ti. ¡Te has ido demasiado pronto! Nos dejas un gran legado, a la vez que un vacío inmenso. Que intentaremos llenar con tu recuerdo, que seguirá vivo en nuestro corazón.
¡Hasta siempre, amigo!"
Miguel Ángel Gargallo
"Tuve la suerte de participar en sus clases de jardinería y fue maravilloso.
Un verdadero maestro y una persona muy especial. Inteligente, trabajador y muy humano."
Mª Ángeles Fernández
"Son tantos los calificativos que asocio con Gregorio y todos buenos: alegre, vital, comprometido, honesto, incansable, bueno, acogedor, cariñoso, divertido, entusiasta, colaborador. De él he aprendido que hay que hacer las cosas, desde dar clases a pasar la vaporeta, con entusiasmo, dedicación y alegría; y que eso nos llevará a disfrutar de todas las etapas de la vida. Lo recordaré como un gran Maestro, un gran Amigo y un gran Abuelo. Cómo le brillaban los ojos cuando hablaba de sus nietas...
Cuánto te vamos a echar de menos, Gregorio, eres irrepetible. Te quiero mucho."
Susana Lara
"Llegaste a mis oídos muchos años antes de conocerte. Allá por el 2010 me hablaron del Jarnés, de su departamento de Matemáticas y de algunas de las buenas personas que lo formaban... Y, una de esas, eras tú, Gregorio.
Años después llegué al Jarnés y aunque te conocí como profesor jubilado tuve la suerte de compartir contigo concursos matemáticos, apoyos en el aula, clases de jardinería... pero como no todo puede ser trabajo también disfruté contigo de comidas, cañas, excursiones... No te olvidaré. Gracias por todo."
Bárbara Palomar
"Te conocí en Pina como Don Gregorio, aquel maestro alegre, con barba y chándal, que no te importaba pasar horas eternas para enseñarnos a amar las matemáticas, que nos hacías saltar el potro a la perfección, que nos tirabas tizas para hacernos reír, pero sobre todo, que nos inculcaste que con valores, generosidad y esfuerzo se podía llegar a cualquier sitio. Y qué sorpresa nos dio el destino cuando nos volvimos a reencontrar en el Jarnés. Ya sin barba, pero con la misma sonrisa, alegría, buen rollo y honestidad de siempre.
Eres único. Gracias, Gregorio, Don Gregorio, por haber formado parte de tu vida y haberme enseñado tanto."
Amanda Carreras
"Gregorio, sabemos que rechazas por completo los halagos, los reconocimientos, los homenajes… por muy justificados que estén, excepto si son para otros. Por lo tanto, respetando tus deseos, lo único que podemos hacer es una breve descripción de los hechos.
Empezamos con algunos adjetivos que pueden ayudarnos a describirte, objetivamente, como maestro y como persona: trabajador, valiente, honrado, inconformista, luchador, comprometido, bueno, generoso, empático, solidario, sociable, entusiasta…lo dejamos aquí que vemos que te estás enfadando. Aunque, como estamos describiendo, no podemos olvidarnos de “discutidor infatigable, apostador regulero” pero sobre todo, AMIGO EXTRAORDINARIO. Todo esto lo sabemos al tener la inmensa suerte de haber compartido un buen trecho del camino contigo y habernos beneficiado de tu capacidad para hacer mejor lo y a los que te rodean.
Como maestro, has hecho con absoluta normalidad cosas que aún no tenían ni nombre y cuando lo tuvieron: “atención a la diversidad”, “adaptaciones curriculares”, “tutorías afectivas”, “aprendizaje significativo”, “aprendizaje-servicio”…, nos dimos cuenta que “eso era lo que hacía Gregorio”. Pero lo que describe mejor tu trabajo, no lo decimos nosotros, lo dicen tus alumnos, por ejemplo en los comentarios que hicieron en el video de tu jubilación, en los que decían que Gregorio no les enseñaba sólo matemáticas, les enseñaba a ser personas, les ayudaba y acompañaba. Como MAESTRO lo que mejor te define es la frase clásica “no se enseña lo que se sabe, se enseña lo que se es”.
Tú, que nos has enseñado tanto, no nos has enseñado a seguir sin ti, "templao"!! Y ahora … ¿"soltamos la vaca o hacemos baile"?, no vamos a ir "ni cara al aire", nos tendrás que llevar a "chin chin".
Nuestro camino juntos ha sido inmejorable, son tantos momentos y tantas vivencias que resulta difícil pensar en cosas que no hacíamos juntos. Aunque hemos compartido un buen tramo, como tú mismo dijiste en la despedida de Carlos Pina, ha estado muy bien pero ha sido demasiado corto.
Te queremos, nos hubiera gustado tener más tiempo para poder decírtelo más veces.
Gracias Gregorio.
Miguel Parra
"Don Gregorio... Porque así te llamábamos. Sobre todo, me quedo con el recuerdo de la gran persona que eras y cómo nos hiciste grandes también a todos los que pudimos disfrutar de ti. Eras ese maestro que insistía en que tenías que aprenderte las matemáticas sí o sí, y te ayudaba siempre que se te atragantaban, como era mi caso... Ese maestro que hacía que amaras el deporte con entusiasmo, y dejabas de tener miedo a saltar el potro o no encestar el balón en la canasta...Disfrutamos contigo y aprendimos muchísimo, y por eso te estaremos enormemente agradecidos y siempre te vamos a llevar en nuestros corazones...
Gracias Gregorio por haber formado parte de nuestras vidas y por transmitirnos tu ilusión y motivación...Gracias, maestro. ❤️"
Patricia Carreras
"Hemos estudiado en la escuela pública, y gracias a esta trayectoria hemos podido tener referentes como tú, querido Gregorio Villalba. Maya Angelou decía: "la gente olvidará lo que dijiste, lo que hiciste, pero nunca olvidará cómo la hiciste sentir". Y nosotros, querido maestro, no te olvidamos, pues fuiste el primer profesor que mostró el voluntariado en la escuela rural dándonos clases extra por las tardes después de acabar a las cinco, para quien necesitaba refuerzo para quienes disfrutábamos con tus clases y aprendíamos de verdad.
Nos diste el permiso de creernos unos niños y niñas con derecho a la información y la educación para prosperar y perseguir nuestras ilusiones, nuestros sueños y vocaciones, haciendo del colegio un faro. A través, sobre todo, de los números, de la física y la química y el deporte. Hemos sido los compañeros y compañeras de clase de tus dos hijos, en el colegio público Ramón y Cajal de pina de Ebro y en ese arriesgado primer curso en el Instituto Benjamín Jarnés de Fuentes de Ebro. Y este instituto has continuado mostrando tu valía y tu buen talante realizando un voluntariado incomparablemente cálido, humano y sincero. Gracias porque ahora, por nuestra propia experiencia vital sabemos que esas manos tendidas son vitales.
Gracias, Gregorio, por ser inolvidable, y por este sol de nuestra infancia."
Andrés Montalbán y Nélida Sorrosal
"Era un buen maestro y muy cercano con sus alumnos."
Luis Buenafé Castro
"Un maestro deja huella cuando enseña con el corazón, y tú, Gregorio, la dejaste muy grande, con tu ayuda, compresión y dedicación a nosotros.
Crecimos yendo a la escuela pública Ramón y Cajal de Pina sabiendo que estando tú como maestro la ilusión por aprender no iba a faltar nunca.
Gracias por ser mi maestro, por estar en mi escuela.
Siempre en nuestros corazones."
Sofía Buenafé Castro
"Seguro que l@s de mi generación (YO HICE LA EGB en el COLEGIO PÚBLICO RAMÓN Y CAJAL) y tuvimos la suerte de tener a Gregorio Villalba Alegre como profesor, recordarán la expresión “hacer el indio”. Un juego de palabras así de sencillo lograba que nos entrara a la primera la propiedad distributiva. También despertó en mí la pasión por el baloncesto.
GRACIAS GREGORIO seguiré “haciendo el indio” y seguirá mi pasión por el baloncesto mientras viva."
Javier Fustero
"Gregorio, gracias por tu dedicación y vocación transmitiéndonos siempre tu pasión por las mates. Un abrazo."
Sara Porroche
"Gregorio, tu entusiasmo y pasión por tu trabajo eran contagiosos para nosotros, tus estudiantes. Hacías que cada clase fuera amena y entretenida, transmitiéndonos no solo conocimiento, sino también tu bondad. Nos enseñaste a ser mejores personas, y por ello siempre te recordaremos con cariño."
Tamara Blasco
"Cuando yo llegué al Jarnés me enamoré, literalmente, de un centro donde descubri un amor a la docencia, al compañerismo, a la amistad, a la risa y a la vida como no había visto nunca antes. Y la primera persona que se me viene a la cabeza al pensar en todo aquello, es Gregorio, porque él encarnaba todo eso, e irradiaba todo eso, y yo sé que si el Jarnés era todo eso, era en gran medida gracias a él. Él fue una pieza fundamental para que el Jarnés llegara a ser ese centro del que muchos no quisimos irnos jamás.
Gregorio cogía los grupos complicados o difíciles con alegría, fe en su tarea y entusiasmo. Gregorio explicaba, corregía o preparaba una actividad con la misma energía con que organizaba una comida en el instituto, una quedada, una “andaina”, una fiesta. Gregorio nos recibía a todos con la sonrisa y los brazos abiertos, y luego sabía cerrarlos como nadie. Gregorio nos trataba a todos con cariño, cordialidad y delicadeza. Jamás le escuché una queja personal, pero sabía protestar ante la injusticia como nadie. Gregorio era un caminante infatigable, en senderos, montañas y en la vida. Amaba a su familia, especialmente a sus nietas, amaba su trabajo, amaba a su Iglesuela, amaba a sus amigos, amaba caminar, reparar, cultivar, cuidar. Y todo eso, claro, lo contagiaba.
Fue un lujo compartir dos cursos con él. Fue un lujo encontrarlo los miércoles, ya jubilado, con su mono azul y el carro de pintura, o volviendo de cuidar el huerto, o de repasar matemáticas con chavales que lo necesitaban. Fue un lujo ir de su brazo en las manifestaciones reivindicando una Educación Pública de todos y para todos, que él defendía y encarnaba mejor que nadie. Fue un lujo que fuera él quien me avisara siempre de las quedadas de los jueves, a las que yo fallé tantas veces porque lo urgente nunca deja tiempo a lo importante (y mira que ahora me pesa).. Fue un lujo compartir con él recreos, terraceos, comidas y cenas, pinchitos, eventos, charlas, risas y hasta algún baile. Fue un lujo brindar con él mirando siempre a los ojos y… glubs… ahora no recuerdo con qué mano. Fue un lujo bromear con él por su despiste para los nombres o ser un “repunantiño” para la comida. Fue un lujo poder abrazarle todas las veces que lo veía, que ahora, de repente, se me han vuelto tan pocas.
Un lujo, una suerte, un orgullo, un privilegio.
Gregorio fue MAESTRO para sus alumnos, incluso si no les daba clase, y es también nuestro maestro, porque ha sido (sin quererlo, desde la absoluta autenticidad y sencillez de quien vuelca todo lo que es en todo lo que hace sin pretender ser nada) una maravillosa lección de vida para todos los que tuvimos la suerte de conocerle, tratarle, quererle y admirarle.
Uno de esos dos cursos que compartí con él, los últimos de su carrera, el día de los quintos los chavales llenaron el instituto de pintadas y pancartas protestonas y reivindicativas. Una de ellas, muy grande, decía “Por un mundo con más Gregorios”. Cuánto me emocionó ver que los chicos también lo sabían, y cuánto me emociona todavía el recuerdo… Pero seamos realistas, pidamos lo imposible: porque Gregorio solo hay uno y nunca, nunca, nunca habrá nadie como él. Lo que sí hemos tenido, y tenemos, es un mundo solo nuestro con todo lo que Gregorio puso en él. Y eso es ya una fortuna inmensa.
Y es que hasta en su despedida, ponernos a hablar de Gregorio, recordar a Gregorio con sus cosas y sus detalles y sus anécdotas y sus “manías”, hacía que surgiera de pronto, en medio del dolor, la sonrisa.
Ahora nos toca ser buenos alumnos, e intentar ser dignos de él, y seguir haciendo las cosas como él nos enseñó y, aunque sea a veces tan difícil, defender la alegría siempre, como él sabía, como él quería. Sí, en este momento tan duro, también.
Yo le quiero dedicar Gregorio un poema de Pessoa. Porque siempre he sentido que este poema describía algo así como una aspiración, o un ideal, pero ahora tengo claro que, sin duda ninguna, lo describe a él (que sí, Gregorio, que te describe a ti… no me discutas, anda):
Y por eso Gregorio brilla todo en nuestros corazones. Allí lo buscaremos y allí lo vamos a encontrar cada vez que lo necesitemos, que será muy a menudo.
Te queremos todos tanto, tanto, tanto, tanto, Gregorio…"